José Prieto Labrador nació en Salamanca, el 25 de febrero de 1908. Fue el segundo hijo del
matrimonio formado por Hermenegildo Prieto, un jornalero procedente del cercano pueblo
de Doñinos de Salamanca, y de Obdulia Labrador, natural de Salamanca. Residían en la
calle Escoto, en un lateral del Colegio de Calatrava, domicilio que mantuvieron hasta 1920.
Tras quedarse viudo, el padre se trasladó a Madrid y se casó de nuevo, estableciendo su
domicilio en la calle Blasco de Garay, 36 de la capital, que será el domicilio con el que José
Prieto queda registrado al ingresar en el campo de concentración. No se tienen referencias de la vida de José en Madrid. Probablemente ejerciera el oficio de
zapatero, empleo que consta en la documentación de Mauthausen. No se le conoce
afiliación sindical o política ninguna durante los años 1930, ni se tienen noticias ciertas
sobre su participación en la guerra civil, que le sorprende al cumplir 28 años.
Tanto la
tradición familiar como las noticias posteriores, dan por cierta su pertenencia al ejército
republicano, pero José no pudo mantener el contacto con sus familiares y estos pensaron
durante años que había fallecido en el frente. Sin embargo, su trayectoria posterior, permite
suponer que cruzó la frontera a principios de 1939 camino del exilio en Francia; y que, tras
pasar por los campos de internamiento franceses, se enroló en alguna compañía de apoyo
al ejército francés, en la que fue hecho prisionero por el ejército alemán al invadir Francia en
junio de 1940.
A principios del verano de 1940 fue encarcelado junto a otros republicanos españoles en el
Stalag XIII-A (campo de prisioneros de guerra) en Nuremberg, con el número de matrícula
42.772. Allí agentes de la Gestapo ubicaron a los prisioneros españoles en barracones
aislados del resto de los cautivos y, en julio de 1940, fueron transportados en vagones para
ganado a un nuevo stalag, el VII-A, situado cerca de Moosburg, al nordeste de Munich.
En este nuevo campo, José Prieto fue uno de los 392 españoles que los nazis reunieron
para su destino final en un campo de concentración destinado al exterminio por el trabajo
esclavo.
El 5 de agosto de 1940, José Prieto y sus compañeros fueron embarcados de
nuevo en vagones de ganado en la estación de Moosburg, y a las 8 de la mañana del 6 de
agosto el contingente español llegó al campo de concentración de Mauthausen. Era el
primer grupo de los casi 7.000 españoles que en año y medio llegaron a Mauthausen,
habían perdido su condición de prisioneros de guerra y, considerados enemigos del III
Reich, fueron etiquetados simplemente como rotspanier (rojo español) y destinados a ser
explotados y maltratados hasta su muerte.
En Mauthausen José Prieto pasó a ser el preso número 3495. Cuando llegó el 6 agosto de
1940, el campo estaba aún en construcción, sin el aspecto amurallado que adquirió poco
después. Los españoles que llegaron allí no sabían lo que era aquello, pero pronto se
debieron hacer una idea trabajando en condiciones extremas en la cantera, en la
construcción de las murallas, o de los 186 escalones de la «escalera de la muerte».